miércoles, 18 de julio de 2018

La vida es una sola.

Hola a todos.

Hacía tiempo que no escribía en losmundosdedayan. No es fácil ya que no tengo una computadora propia y acceso a Internet las veinticuatro horas. Pero eso, aún así, no me detiene.
En esta oportunidad, y también utilizando una parte de mis adorados libros, fruto de mi creación, hablaremos un poco de el desanimo de ciertas personas. Es increíble la cantidad de personas en el mundo que se olvidan de vivir solo por un propósito. de vez en cuando es bueno salir, ir al cine, comer algo, compartir con tus seres queridos y eso no significa dejar de lado las responsabilidades del día a día.

Una vez mas utilizo un capitulo de mi libro "Guerreros de las Dimensiones" tomaré mi pequeño fragmento del segundo volumen titulado "Guerreros de las Dimensiones: Evolución. Libro 4to. Capitulo 70 que lleva por nombre Fortaleza"

En esta oportunidad vuelve aparecer Ninavy pues su hermano Baliand pensó que era el momento de tener unas palabras con su hermana ya que, siendo ta parecida a su padre, el pensó que ella olvidaría su condición de humana, olvidaría sentir, reír o hacer lo que le gustaría hacer solo por cumplir un objetivo; destruir a Eluard

Ninavy no ve a su hermano desde hace años, ella desapareció el día que su madre murió y fue por ello que su hermano Baliand y su padre Aborand se quedaron solos. Pero resulta que Baliand tiene un extraño poder que tienen todos los Miembros de la Cámara del Destino (CADE) y es poder comunicarse mentalmente con una persona una sola vez en toda la vida. es por ello que debe ser algo que se deba aprovechar. Y es que estos seres que pertenecen a la CADE tienen poderes maravillosos y tienen la capacidad de intervenir en la vida futura de todos los seres vivos si a ellos les place. 

Pero como seres superiores tienen reglas impuestas por ellos mismos y que siguen para que exista armonía en el mundo. He aquí el motivo por el cual Baliand decidió utilizar su poder con su hermana en esta oportunidad. 


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Capitulo 70: Fortaleza


Los ojos de Ninavy se sonrojaron y las lágrimas comenzaron a brotar. Ella dio un paso hacia su hermano. 
  • Lo siento. – Dijo el niño mientras retrocedía un paso. – esto es triste para ambos, pero no podemos tener contacto físico o esta conexión se romperá. – El niño le sonrió. – Han pasado muchos años hermanita. Años de búsqueda sin respuesta.
  • ¿Cómo me encontraste? 
  • No lo he hecho. No sé dónde estás.  
  • Pero…. 
  • Este es un poder que tengo como miembro de la CADE. Esto solo puede usarse una sola vez con una sola persona. Solo conecta mentes, sensaciones, e imágenes conocidas. No nos vemos como adultos porque nunca nos hemos visto como adultos. 
  • ¿Por qué te comunicaste ahora? ¿Por qué no antes? 
  • Pues, antes era un poco más paciente, un poco menos impulsivo y consideré usar esta oportunidad cuando lo creyera conveniente.  
  • Bailand, eras un niño.  
  • No era un niño normal, y lo sabes. – Ella lo miró y asintió. – hoy tuve un altercado con el alma de un protector y estoy inconsciente. Quise aprovechar esta oportunidad mientras mi cuerpo descansa y porque te conozco.  
  • No comprendo. – Baliand le sonrió.  
  • Entremos en casa. Allí te explico todo. – El niño pasó por su lado sin tocarla y ella lo siguió. 
La entrada estaba completamente destruida, los escalones tenían grietas y la puerta estaba rota por la mitad, a un lado en el suelo. Cuando entraron, Ninavy se entristeció al ver la puerta corrediza que daba al jardín, estaba destruida. La computadora de su madre tenía un hoyo muy grande en la pantalla. Los muebles estaban destruidos y apiñados en un rincón, había muchas fotos en el suelo y otras cosas rotas. Ninavy pudo vislumbrar uno de los cd’s de su colección. 
  • Yo lo tengo. Fue el único que pude salvar cuando volví. Esto ocurrió varios días después de que te fuiste. Vine aquí con papá en busca del tío Sebastián. Aquí nos despedimos de él y de Clara. 
  • ¿Dónde está? 
  • No lo sé. Papá quería buscarlo, pero Bryan le dijo que estaba seguro.  
  • ¿Hablas con Bryan? 
  • ¿Lo conoces? 
  • Si. Sí, claro. Hablé con él hace días. Me dijo que ustedes estaban bien y estaban buscándome. Hablamos del tío Sebastián, Danna y de Ihlyan. – Baliand la miró con curiosidad. – Nuestro primo.  
  • ¿El hijo de mi tío? – Ninavy asintió. - ¿Dónde está? 
  • Bueno, no lo sé. Yo sentí cuando nació, e intenté comunicarme con Danna, pero era muy difícil. Al parecer eso ayudó a que Bryan la localizara y salvara al niño. 
  • ¿Bryan tiene al niño?
  • No. Él dijo que era uno de los cuatro maestros superiores.  
  • Maestros superiores. – Susurró Baliand. - ¿Quiénes son? – Ninavy se encogió de hombros. – lo buscaré. – Baliand comenzó a caminar de nuevo y subió las escaleras seguido por su hermana. Varias paredes estaban dañadas. A medida que subían, Baliand le explicaba a su hermana lo ocurrido ese día. El enfrentamiento de su padre con Eluard en un intento de salvar a Sebastián y a Bryan. Incluso le habló del día en que se fueron del planeta. 
  • Baliand. – La niña se detuvo y él la miró. – Yo no volveré a ver a mi padre, ¿Verdad? – El niño la miró con tristeza y negó con la cabeza. – ese sueño, que tuviste, cuando eras niño. Ese donde decías que papá había muerto… 
  • Sucederá antes de que tú regreses. – los ojos de Ninavy volvieron a enrojecer. Baliand no podía decir nada más.  
  • Dile que lo quiero mucho. Que lo extraño mucho. – El niño asintió y reanudó la marcha y su hermana lo siguió. Baliand abrió la puerta de la habitación de Ninavy y cuando ella entró se sorprendió al ver su habitación destruida y a la vez repleta de paquetes envueltos. - ¿Qué es esto? 
  • Un año después de que mamá muriera y tú te fueras, yo… digamos que creé una costumbre en un intento de no olvidarte. – la niña lo miró. – Y para darme la fortaleza necesaria para encontrarte. Desde ese año, hasta ahora, - Baliand señaló un paquete pequeño. – He estado comprando obsequios para ti. Cada uno es por tu cumpleaños. Vienen de los diversos planetas que he visitado. Un año después, papá decidió hacer lo mismo. – Señaló un paquete más grande junto al primero. – Pero antes le pareció algo inútil. – Baliand la miró. – Te traje aquí. Quise verte ahora, porque eres igual que papá. Porque estoy seguro de que estas aislándote de los demás y estás sufriendo sin necesidad.  
  • ¿Sin necesidad? 
  • Me refiero a que… no estás viviendo hermanita. – Su hermana lo vio sorprendida y algo dolida. – dime una cosa, desde cuando no bailas. – Ninavy abrió los ojos sorprendida. - ¿Recuerdas que papá decía que le gustaba verte bailar? – Ella asintió. - ¿Desde cuándo no lo haces? – La niña no sabía que decir. – Antes de irnos de Doomm, mi padre era una persona solitaria, triste, siempre estaba solo, amargado y solo pensaba en encontrar y matar a Eluard. No le importaba nada de lo que sucedía a su alrededor, o de las personas que se le acercaban y le hablaban. Solo había tristeza y amargura en su corazón. Y sabes algo, lo entiendo. – Baliand sonrió con tristeza. – No suelo hablar mucho pero, yo también me pongo triste a veces. – volvió a mirar a su hermana. – pero sabes algo, tengo una vida, y debo disfrutarla, porque no sé cuándo deje de existir.  
  • Baliand…. 
  • Hermana, no quiero verte así, no quiero saber que perdiste oportunidades valiosas para crecer, para ser mejor persona de la que ya eres porque sólo piensas en matar a Eluard y en vengar la muerte de mamá.
  • ¿Por qué no? 
  • No dije que no lo hicieras. Yo lo hago diariamente. Pero no puedo quedarme atascado ahí. Eso no hará que ella regrese. Te harás daño, y todo lo que te propongas, no saldrá como quieres, porque lo harás movida por la rabia, y no por el amor de hacerlo. – Ninavy no daba crédito a lo que decía su hermano. Hubo un momento en el que quiso protestar, pero poco a poco se dio cuenta de que Baliand tenía razón. – He visto tu futuro hermanita, y si no cambias de parecer, si no enfrentas las cosas y sólo huyes y te ocultas detrás de esa razón, no serás la persona excepcional que llegarás a ser y no honrarás la memoria de mamá. Papá lo entendió y por eso esta habitación está repleta de obsequios que esperan a que tú los abras y solo porque yo guardo la esperanza de que así será. Siempre, desde que era niño. – Baliand le sonrió. – cuando te vea, quiero verte hermosa, radiante, feliz, aunque se que lloraremos por mamá, por papá y por todos los que hemos perdido, pero para que puedas sobrevivir, y más tú porque estás sola, necesitas vivir, sonreír, volver a soñar. Vive hermanita. – Ninavy comenzó a llorar con desconsuelo. Era la primera vez en muchos años que lloraba de esa manera. Baliand la entendía, su hermano no se movió aunque quisiera abrazarla no pudo porque podría desaparecer y no volverían a hablar. – Baila, porque sé que quieres hacerlo. Mira a tu alrededor, conoce personas, sonríe de donde estás, vive hermanita. - La niña le sonrió sin dejar de llorar. Era lo mismo que el príncipe Endor le pedía a gritos, pero ella no lo entendía. Era lo mismo que Mellor le dijo en una ocasión, pero no le llamó la atención. – Te prometo que cuando vuelvas, reiremos más. Que le tomaré muchas fotos a papá para que lo veas ahora. Le hablaré de esta conversación. – La niña se secó las lágrimas. – Espero que volvamos a vernos.  
  • ¿Ya te vas? 
  • Esto genera un gasto descomunal de energía y si no lo dejo podría morir. – Ninavy asintió. – tranquila. – Baliand sonrió. – volveremos a vernos. Te lo prometo. – pero la niña comenzó a llorar de nuevo mientras Baliand comenzaba a verse traslucido. Ninavy no aguantó y se abalanzó a los brazos de su hermano pero cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en su habitación en Seemm, con los brazos extendidos hacia el techo. La luz estaba apagada. Ninavy se sentó y siguió llorando con desconsuelo, abrazó una almohada y no dejó de llorar hasta que se quedó dormida.  

 Bueno. Espero sus comentarios. Gracias por leerme. 

domingo, 23 de julio de 2017

¿La Venganza Cansa?


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Buenas noches.  A todos los que leen este blogg, espero que cada vez que lo hagan lo disfruten. Siempre he pensado que aquellos que escribimos debemos dejar un legado de reflexión a quienes nos leen, algo dejamos entre lineas que los lectores aprenden y que en muchos casos son parte del aprendizaje del propio escritor. Disculpen tanto trabalengua, es solo que no quisiera ser como los escritores web comunes que siempre dicen "disculpen la demora" o "me tarde en publicar algo nuevo porque no tenia internet" pero es que la musa llega cuando quiere, la creatividad aparece en la mente de los que inventamos cuando ella asi lo quiere y no cuando uno lo desea pues si es forzada, los resultados no son satisfactorios para el escritor, y mucho menos para el lector.
En esta oportunidad voy a hablar de una de las acciones humanas que, a mi parecer es horrible, pero que estoy casi seguro de que muchos habrán utilizado por satisfacción persona, aunque creo que hace mas daño el que la aplica por supuesto se trata de "La Venganza". Y deduzco que conocen la imagen que utilice, pues me pareció la imagen más idónea para representar mi historia el dia de hoy, y, al igual que en otras oportunidades utilizare fragmentos del libro "Guerreros de las Dimensiones" de la autora Dayan Rosales.  EL personaje de hoy se llama Joshua.
Joshua era muy amigo de Sebastián Aldar, el tío de Baliand Aldar, el protagonista de la historia. Sebastián estuvo encerrado durante mas de tres años en un planeta llamado Falt. Cuando el perverso Eluard (El antagónico principal) deja el planeta al cuidado de terceros, Sebastián, con la ayuda de Joshua, Bryan y Danna, arman una estrategia que los ayuda a escapar, aunque Bryan no lo logra. Regresa con Joshua a su planeta natal Doomm, donde reside Eluard con el fin de atacar este planeta y dominarlo, tal y como hizo con Falt.
Sebastián necesitaba vengar la muerte del amor de su vida, que murió en manos de Eluard. Sin embargo, y sin proponérselo, su venganza termina con su muerte, dejando su legado en manos de la hija de Eluard que crió como suya y quien le recordará siempre al perverso mago el error que cometió al meterse con los Aldar. Ahora bien ¿Que sucedió con Joshua? Aquí van dos fragmentos de "Los Guerreros de las Dimensiones".
Guerreros de las Dimensiones. Volumen III titulado Los ángeles de los Elementos. Capitulo 105


Las Nuevas Luces

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... Esa noche, Baliand y Clara no eran los únicos que no podían dormir. En la segunda nodriza Joshua ocupaba su asiento frente a la pantalla y, al igual que Baliand, pensaba en todo lo que le había pasado los últimos años.
Sebastián se había ido. A pesar de que estaba oculto y de que no había vuelto a verlo, Joshua seguía en esta guerra por él, siempre tuvo claro que nada haría que su familia regresara, ni siquiera la muerte de Eluard. Sin embargo había decidido ayudarlo porque ya no le quedaba nada más por hacer. Encontraba consuelo en ayudar a otros, en salvar a los que podía de la destrucción que Eluard dejaba a su paso, por eso se unió a Sebastián.
Ahora sin embargo, Sebastián se había ido. Él había decidido abandonar esa lucha, había preferido el camino de la paz porque estaba cansado.
- Yo también me siento cansado. – Susurró para sí, levantó la mirada y dejó que una lágrima resbalara. – No intento menospreciar a mi familia, solo que ellos ya no están, no pueden sentir lo que yo siento y no pueden elegir. – Suspiró. – Yo si puedo elegir.

Guerreros de las Dimensiones. Volumen III titulado Los ángeles de los Elementos. Capitulo 106


Celos

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Una tarde. Baliand se encontraba en sus estudio, pensando en lo que había estado ocurriendo, entre la presencia de un espía en su nave, hasta los celos que sentía por la presencia de Yeff y la compañía que le hacía a Clara. Pasaban demasiado tiempo juntos y a él casi no lo visitaba. De pronto tocaron a la puerta.
– Lariani abrió la puerta. – hola.
-¿Qué necesitas?
- El general Joshua lo busca.
- ¿Joshua? ¿Aquí? – En respuesta, Lariani abrió la puerta y Joshua le sonrió y le saludó con la mano. – Vaya, pasa Joshua.
– En cuanto Joshua entró Lariani cerró.
- ¿Qué haces aquí? – Le preguntó Baliand mientras le invitaba a sentarse.
- Necesito conversar con usted si no le importa.
- ¿Puedes tutearme? Realmente es incómodo dado que soy menor que tú. – Joshua rió.
- Está bien Baliand. Es la costumbre.
- Nunca lo corregí porque siempre que hablábamos era en situaciones de emergencia.
- Claro entiendo.
- ¿De que me quieres hablar?
- Baliand, necesito detenerme.
- No entiendo.
- No puedo seguir… no quiero seguir… continuar con esto. Yo… necesito parar.
- ¿De que…?
- No puedo seguir ayudándote. No puedo seguir contigo en persecución de Eluard. No quiero seguir. Sebastián era mi amigo, mi hermano y verlo descansar me brindó una paz interior que no había sentido antes. – Baliand no respondió, solo se limitó a escuchar, Joshua suspiró y continuó. – Yo también estoy cansado, y a diferencia de Sebastián y de muchos otros que ya perdí, yo puedo elegir que hacer, y quiero parar.

- No se por qué estaba esperando algo como esto. Eres el último de la generación de Sebastián en esta guerra. – Baliand sonrió con melancolía y algo de tristeza. – No puedo obligarte Joshua, no tengo derecho, estuviste en dos guerras y estabas con mi padre detrás de una tercera. Créeme que entiendo tus razones y no voy a detenerte. No niego que me entristece y no porque me dejes en este momento tan difícil para mi o porque no sepa a quien dejar al mando de la otra nave, sino porque te tome aprecio eres un buen amigo. – Joshua sonrió agradecido. – llevas mas tiempo que yo en esto. – Hubo una corta pausa. - ¿Estas seguro?

– Dijo Joshua sin vacilar.
- Y ¿A dónde irás?
- Iré a la Tierra, a buscar a Zaira. – Baliand lo miró atónito.
- ¿Zaira? ¿En serio? – Joshua asintió.
- La contacté después de la muerte de Aborand y estuvimos conversando varias veces. La verdad yo no había querido dejarla sola después de todo lo que sucedió en Dandors pero ella no me dio oportunidad pues se fue antes de que yo puediera decirle algo. Y como ya tenía las coordenadas de la casa que tiene en la tierra, la contacté.
- Me alegra por ti.
– Baliand suspiró y le tendió la mano. – Si fuera por mi, no permitiría que te fueras, pero como te dije antes, yo no puedo obligarte y entiendo tus motivos. – Joshua estrechó su mano.
- Gracias de nuevo Baliand. y cuidate mucho.
- Tu también y espero que volvamos a vernos pronto. – Joshua asintió y se alejó con paso lento y cansado pero muy firme en su decisión. Baliand se quedó observándolo hasta que se perdió de vista. Ahí va el último de los grandes hombres de Sebastián, sin contar a Bryan por supuesto. El único que pudo elegir detenerse y dejar a un lado la venganza para vivir en paz y tranquilidad lejos de la guerra que se avecinaba. 
- ¿Estas bien? – Clara había regresado de pronto y le puso la mano en el brazo.
- No lo se. – Respondió Balinad sin mirarla. Luego se volvió y le sonrió.
- ¿Qué hacía Joshua aquí?
- Acaba de renunciar.
- ¿Qué? – Preguntó Clara mientras Baliand abría la puerta y la invitaba a entrar. - ¿Por qué? ¿Que ocurrió?
- Está cansado. Muy cansado. Al ver a Sebastián descansar en su sepulcro él pensó que también necesitaba un respiro. A diferencia de Sebastián Joshua puede disfrutar lo que le queda de su vida.
- Los dos se sentaron. - ¿Quién lo va a sustituir?
- No tengo idea. Esto fue muy repentino.
- Que malo que Joshua se fuera.
- La verdad es que si. Él hubiera seguido a Sebastián a donde fuera. Incluso hasta la muerte si hubiera podido.
- Hablan mucho de mi padre en una faceta que no conozco.
- No comprendo.
- Pues yo conocí al Sebastián padre, asustadizo, paranoico por la seguridad. Dedicado a enseñarme. Se que tenía poderes, pero muy poco supe cuáles eran. – Baliand sonrió.
- Te asombrarías de todo lo que Sebastián hizo. Ese Sebastián asustadizo y paranoico llego a protegerte a ti. De lo contrario hubiera sido el mismo. Temerario, fuerte, decido, estratega, era muy bueno para improvisar en situaciones de peligro. – Baliand sonrió con melancolía.- Sebastián habia llegado a Doomm lleno de mucha ira en contra de Eluard, porque él le había arrebatado lo que más quería.
- ¿Que cosa?
- Su hija con tu tía Clara. Sin embargo esa ira fue menguando cuando Danna apareció, pero luego Eluard se la llevó a ella también y él, más que esta lleno de ira estaba triste, yo creo que el sintió cansancio de esa venganza desde mucho antes. tal vez esa fue la razón por la que decidió ocultarse contigo. - Ambos se miraron durante unos minutos. - Al final, y sin proponérselo, logro vengarse. Dejó en tí un desprecio profundo hacia Eluard y un amor infinito e incondicional hacia Sebastián. ¿Quien lo diría? la hija de Eluard llama padre a su peor enemigo. 

Guerreros de las Dimensiones. Volumen III titulado Los ángeles de los Elementos. Capitulo 107



El Campo de Girasoles.

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Una noche, despertó sobresaltada debido a las innumerables pesadillas que la asediaban todas las noches mientras dormía, se sentó en la cama respirando agitadamente y, de pronto, se percató que alguien estaba en la puerta.
  • Todo esta bien. – Dijo Zaira a la señora que se encontraba en la entrada de la habitación mirándola entre curiosa y preocupada. – Solo fue una pesadilla.
  • ¿Quiere algo para dormir?
  • Tranquila. Ya se me pasará. – Zaira le sonrió para tranquilizarla pero la mujer no se movió. - ¿Qué sucede?
  • Es que tiene una visita.
  • ¿Visita? ¿A esta hora?
  • Si señora. Es un hombre y dice que es urgente. No se quiso ir cuando le dije que usted ya estaba dormida y que no le gustaba que la molestaran.
  • ¿Hace cuánto fue eso?
  • Hace casi dos horas. No la quise despertar pero, me pareció importante que lo supiera.
  • ¿Dijo su nombre?
  • Es extraño. Esos nombres capitalinos no se me dan bien. Era algo así como Jun… o jash…. No espere, era… jish…
  • ¿Joshua? – Preguntó Zaira
  • Ese mismo. Josh… shua. Si ese.
  • -Joshua- Dijo Zaira sorprendida. Se levantó corriendo de la cama y fue por su bata. - ¿Dices que dos horas desde que llegó?
  • Si señora. Lo siento no pensé que fuera importante.
  • No te preocupes. ¿Dónde se encuentra ahora?
  • Afuera, esta sentado en la escalera esperando.
  • Invítalo a pasar, que me espere en la sala de la chimenea.
  • Si señora.
  • Ofrécele algo, lo que sea, chocolate. Este clima está muy frio y si lleva tanto tiempo afuera le sentará bien.
  • Si señora.
  • Ya voy a recibirlo. – Zaira tomó la izquierda mientras que la mujer fue hacia la derecha.

  • Señor. – Joshua, que había estado sentado en la escalera de la entrada principal se levantó. – Pase adelante por favor. Y la verdad le pido disculpas, no sabía que fuera tan importante.
  • No se preocupe.
  • La señora se reunirá con usted en un momento. Sígame, por favor. – La mujer llevó a una estancia poco iluminada y bastante acogedora.
  • Espere aquí.
  • Gracias. – La mujer salió dejándolo solo. Joshua se dedicó a ver la sala. En poco tiempo la señora regresó con una bandeja y unas tazas, lo colocó en una mesa pequeña que se encontraba en medio de la estancia, tomó una de las tazas y se la tendió a Joshua sonriendo. Este miró la taza que contenía una extraña sustancia humeante y luego miró a la señora sin comprender.
  • Es chocolate caliente señor. La señora se lo ofrece.
  • Oh¡ Gracias. – Dijo Joshua tomando la taza con rapidez.
  • Le sentará bien. - Miró durante un momento la sustancia con algo de recelo, luego la probó con cautela y descubrió que era deliciosa, a pesar de que estaba caliente. La señora le sonrió y se retiró dejándolo solo. Joshua comenzó a pasear por la estancia, mientras la observaba tomaba pequeños sorbos de su taza de chocolate, luego se dedicó a observar la chimenea. Le pareció extraña, no parecía normal. Joshua detalló las llamas de la chimenea y le parecieron falsas. El hombre dejó su taza en la mesita y se hincó frente a la chimenea. Lentamente comenzó a acercar la mano a las llamas con temor de quemarse.
  • Joshua – Este se volvió hacia la voz que lo llamaba. se levantó con rapidez y Zaira fue hacia él cerrando la puerta. Con pasos rápidos se abrazaron.
  • ¿Qué estás haciendo aquí?
  • Te seguí. Decidí seguir tu consejo y aceptar tu oferta de venir contigo.
  • No pensé que volvería a verte.
  • Yo tampoco lo pensé.
  • Siéntate. – Zaira se sentó a su lado y este volvió a tomar su taza
  • Estoy es muy bueno.
  • La primera vez que lo probé vi el cielo.
  • ¿Cómo es eso? Ver el cielo. – Zaira rió.
  • Es solo una expresión de este planeta. Quiere decir que me encantó.
  • Oh?, entiendo. – Hubo una pausa.
  • ¿Qué ocurrió? ¿Qué te hizo cambiar de opinión? – Joshua sonrió con algo de tristeza. - ¿Baliand está bien?
  • - Si. Triste, pero bien.
  • Lo imagino. No hace un año que perdió a su padre.
  • No fue lo único que perdió.- Dijo Joshua dejando su taza sobre la mesa y bajando la cabeza. De pronto las lágrimas y el llanto desconsolado brotaron. Zaira le puso la mano en el hombro.
  • - ¿Qué sucedió? – Joshua la miró.
  • Eluard encontró y mató a Sebastián. – Zaira abrió los ojos sorprendida y volvió a abrazarlo y estuvieron largo rato abrazados, mirando hacia las falsas llamas de la chimenea, después Joshua rompió el silencio. – Despues del entierro de Sebastián decidí dejarlo todo. Dejar a Baliand. – Zaira lo soltó. – Me siento cansado. Al ver a Sebastián en su tumba me di cuenta que estaba feliz, por fin estaba descansando y aunque se que no era esa la manera en que el hubiera querido hacerlo, no tuvo otra opción. Pero yo si la tengo. – Se secó las lágrimas. – No quería seguir en esa guerra que parecía no tener fin.
  • ¿Y lo que dijiste de tu venganza? – Johsua rió con ironía.
  • No niego que me dolió perder a mi familia. Pero haga lo que haga no me los va a devolver.
  • Me costó mucho entender eso. El día que lo asumí fue el día en que murió Aborand. Tendría el mismo destino si hubiera seguido a Baliand. ¿Por qué Baliand no se detiene?
  • Porque el objetivo de Baliand no es vengarse.
  • No entiendo.
  • Baliand tiene una misión, y estoy seguro que mas tarde que temprano la conocerá.
  • ¿Una misión que no conoce?
  • Baliand pertenece a uno de esos grandes poderes superiores, o los poderes de la luz. Esos poderes son lo que detienen estas guerras. Tal vez Baliand no busca una venganza, pero es prácticamente el único que puede detenerla. – Joshua la miró. – Nosotros, simples mortales, solo podemos esperar y ver que sucede. Adaptarnos a lo que venga o resistirnos lo más que podamos.
  • La guerra aún no llega hasta aquí.
  • La guerra llegó hasta aquí. Eluard llegó a la Tierra, encontró a Sebastián y lo mató. Todo eso ocurrió aquí en la Tierra. Pero al parecer hay algo que protege este lugar.
  • ¿De Eluard?
  • Si. De lo contrario lo hubieras sabido– Joshua se desperesó. – Me gustaría saber que es, pero no ahora. Me gustaría dormir.
  • Seguro que si. Este lugar es encantador.
  • Es hermoso. Todo lo que vi desde que entré me impresionó.
  • Así no era. – Dijo Zaira. – Costó mucho llevarlo a lo que ahora eso. Y cuesta mucho mantenerlo así.
  • Puedo ayudarte.
  • Me parece bien. No te tendré viviendo aquí sin hacer nada. – Los dos rieron. – Así que, bienvenido a mi viñedo.
  • Muchas gracias. – Los dos rieron.
  • Vamos, te llevaré a tu habitación para que puedas descansar. Y te dejaré una semana para que descanses de tu viaje. Ya te podremos al corriente de todo lo que aquí hacemos.
  • Muy bien. – Los dos se levantaron del sofá. - Vamos entonces.

sábado, 6 de mayo de 2017

Una historia de reflexión

A pesar de que mis libros, mis mundos, son invenciones, son historias fantásticas, están repletos de reflexiones y cosas que muchos deberíamos poner en practica.
En esta ocasión, mi reflexión va evocada a aquellas personas pesimistas que han sufrido tanto que se trazan un objetivo asociado a ese sufrimiento.
Este personaje que mostrare hoy se llama Ninavy Aldar, es una niña Oráculo que creció lejos de sus padres pues su madre murió y ella fue enviada, o digamos mejor teletransportada, a otro mundo lejos de su padre y su hermano. tuvo que vivir con un rey oráculo que la acogió y la tomó como aprendiz. Ninavy mantuvo sus sentimientos al margen de las personas con las que le tocó convivir, evitó crear vínculos pues su propósito era convertirse en un oráculo poderoso y así poder vengar la muerte de su madre.
En Seem conoció no solo al rey Vendor, sino a sus hijos, el detestable príncipe Endor y a su hermano el adorable príncipe Mellor. Sin embargo Endor comenzó a mirar a Ninavy con otros ojos, con el paso del tiempo y a medida que crecían, pero esa no es la parte de la historia que quería contar,
Para llegar a la reflexión a la que quiero llegar, les cuento que Endor comenzó a acercarse a Ninavy y a resarcir todo lo que le hizo durante su niñez, su propósito era conocerla, acercarse a ella pues se había enamorado. una tarde ella se levantó despues de haber dormido y comenzó a recordar su época de bailarina de Ballet en Doomm, su planeta natal. Endor la vio y le gustó, de modo que decidió hablar con ella y ponerla en contacto con una persona del castillo que la enseñaría a bailar como lo hacían en su planeta, sin embargo...
Capitulo 70, Guerreros de las Dimensiones, Volumen dos titulado Evolución.
Fortaleza
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...
  • Señor, por favor, de verdad yo no quiero hacer esto. – Dijo Ninavy algo molesta.
  • ¿Hacer que? – Los dos miraron hacia la entrada.
  • Sanny, que bueno que llegaste. – Dijo el príncipe Endor
  • Me mandaste a llamar, que esperabas.
  • Ninavy ella es Sanny, es la instructora del Kristmitol (Un tipo de baile similar al Ballet que es nativo del planeta de los Oráculos, el planeta Seemm) del castillo. – Endor miró a la recién llegada. – Ninavy, supongo que la recuerdas. – Ella asintió y le sonrió. – Hoy, descubrí que tiene talento para el baile, y cuando la veas…
  • Lo siento señor, pero está equivocado. – los dos la miraron. – Yo no se bailar. – Endor la miró atónito.
  • ¿Por qué estás diciendo eso? Hace un momento….
  • Señor, disculpe, pero no estoy interesada en aprender Kristmitol, de verdad lo siento, yo tengo otras cosas que hacer.
  • Ninavy, lo que sea que tienes que aprender, no será tan difícil, con tu estilo será…
  • Señor, disculpe, pero de verdad no entiendo a qué se refiere y si me disculpa, yo tengo que regresar a mi habitación. – los reverenció y salió del salón lo más rápido que pudo.
  • ¿Qué intentabas hacer? – Le preguntó Sanny mientras Endor miraba a Ninavy alejarse presurosa. - ¿Integrarla? - Endor la miró.
  • Ella baila, estoy seguro. Yo la vi Sanny. Tiene un estilo y una precisión en sus movimientos demasiado increíble. Es la primera vez que veo eso.
  • Pero lo negó en tu cara.
  • Si, de eso también me di cuenta. – Endor miró hacia la puerta. – Iré a ver que sucedió.
  • Pero….
  • Después hablamos. – Endor se alejó dejando a Sanny confundida.
  • Ninavy había decidido no ir directo a su habitación y se fue a caminar al lago mientras recordaba la conversión con Bryan, que no estaba segura si había sido real o no. En ese momento escuchó que alguien la llamaba. La muchacha se volvió y Endor iba hacia ella.
  • ¿Qué pasa contigo?
  • No comprendo.
  • Claro que lo sabes. ¿Por qué desmentiste mis palabras? Me mostraste como un idiota.
  • Lo siento si le ofendí, pero yo no le pedí que hiciera eso por mí.
  • Ya lo sé, y me disculpe. Pero eso no significa que…
  • Yo puedo disculparlo señor, pero no puedo hacer lo que usted quiere.
  • ¿Por qué?
  • Porque no es parte de mi prioridad.
  • Ninavy, no todo tiene que ser el dichoso entrenamiento. Se supone que estamos vivos. ¿Por qué te niegas a hacer cosas que quieres hacer?
  • ¿Quién le dijo que yo quiero bailar? – Esa pregunta lo desconcertó. – no quiero bailar señor.
  • Eso no lo puedo creer.
  • Yo no quiero bailar. No me interesa. – Endor se sorprendió ante la osadía de su respuesta y eso le irritó. Sabía que ella lo hacía porque le molestó la acción que tomó sin su consentimiento pero de igual forma se disgustó.
  • Se supone que como príncipe, tengo cierta jerarquía sobre las personas. Se supone que puedo dar órdenes. – Ninavy se sintió más irritada de lo que ya estaba y, con cortesía respondió.
  • Solo en las personas que forman parte de este lugar. Se lo dije en una ocasión señor, yo no formo parte de este mundo. – Endor estaba cada vez más sorprendido. – no pertenezco a este lugar. Le voy a pedir, por favor, que no se tome atribuciones de mi persona que no le corresponden. Yo no le pedí esto, no debió hablar con su padre ni pedirle nada por mí. Si me disculpa, yo me retiro. – Ninavy lo reverenció y se alejó dejándolo sorprendido. Pero Endor no se dio por vencido y la siguió hasta su habitación.
  • ¿Qué manera de responder es esa? – Ella no respondió. Endor cerró la puerta de golpe. – eres demasiado difícil.
  • No le he pedido que se congracie conmigo señor.
  • No, es cierto. – Dijo Endor dolido. – claro que no. No quieres hablar con nadie, no quieres tener amigos, no quieres que se te acerque nadie.
  • Es lo mejor.
  • ¿En algún momento madurarás?
  • ¿Disculpe?
  • Cuando dejes de actuar como una niña y dejes de compadecerte, entonces las personas podrán tener contacto contigo.
  • Yo no he pedido que se acerquen a mí. No lo busco y no lo quiero.
  • Porque solo tratas de compadecerte de tu destino. Termina de aceptarlo y ya Ninavy, en vez de vivir en el pasado deberías centrarte en tu presente, vivir lo que tienes aquí y ahora.
  • No le permito….
  • ¿No permites qué? ¿Decirte las verdades en tu cara? Pues lo siento, lo estoy haciendo, porque me irrita que seas así. Porque me molesta que no mires quien eres en realidad. ¿Sabes que? No voy a seguir perdiendo mi tiempo contigo. Madura. Tómalo como un concejo, porque no sabes que te depare el destino el día de mañana. No sé ni siquiera que estoy haciendo aquí. – El muchacho abrió la puerta y cerró detrás de sí con un portazo y se alejó hecho una furia.
A mitad de camino, se encontró con Sanny.
  • ¿Qué sucedió?
  • Nada
  • Pero tú dijiste….
  • Olvida lo que dije. No se puede trabajar con inmaduras. – Endor se alejó y Sanny se sorprendió mientras lo veía caminar.
Ninavy se quedó mirando la puerta de su habitación, indignada por las palabras del príncipe Endor. Era la primera vez en mucho tiempo que sentía rabia. ¿Cómo se atreve a meterse en lo que no le importa?
  • ¿Inmadura? Él es el inmaduro. Cree que por ser príncipe tiene control sobre todos. Conmigo se equivocó. – Ninavy se dejó caer en la cama. – Idiota.
En la cena, Mellor hablaba muy animadamente del próximo viaje que haría mientras su padre lo escuchaba con mucho interés. Endor y Ninavy evitaron opinar, y de vez en cuando se miraban, ella bajaba la cabeza de pronto, algo que le irritaba a Endor mucho más. De pronto se levantó y lanzó la servilleta a la mesa.
  • Inmadura– Le dijo en voz alta y se alejó. – buenas noches. – Mellor y Vendor lo miraron alejarse y luego los dos la miraron a ella, quien estaba sonrojada y miraba su plato.
  • ¿Sucedió algo entre ustedes Ninavy? – Preguntó el rey y la muchacha lo miró con algo de temor.
  • Solo discrepamos opiniones, señor.
  • ¿Tiene que ver con la petición de Endor respecto a ti? – El rostro de Ninavy parecía un tomate de lo rojo que estaba.
  • ¿Petición? – Preguntó Mellor.
  • Endor vino a mi despacho a comentarme de los dotes de baile de Ninavy.
  • ¿Baile? – Mellor miró al oráculo. -¿Ninavy? ¿En serio? – Mellor sonrió.
  • No señor. – Dijo Ninavy levantándose. – No es cierto. Y de verdad me gustaría no volver a hablar del tema, si no le importa.
  • Si claro. No hay problema.
  • No habrá ningún tiempo para nada señor. – Vendor asintió. – Si me disculpan, me retiro. Buenas noches. – Los reverenció y se alejó lo más rápido que pudo.
Ninavy llegó a su habitación agitada por la rapidez y cerró la puerta, luego suspiró de alivio y miró hacia la caja junto al closet. La posibilidad de volver a bailar le aterraba, no quería perder el sentido de su vida, los objetivos que ya se había trazado solo por un capricho. Porque estaba segura de que era solo eso, un capricho.
De niña, para Ninavy bailar lo era todo, su familia lo sabía y siempre la apoyaron. Pero ahora que ellos no están, ¿qué sentido tenía bailar? Nada la movía a ello. Ni siquiera su deseo de volver a hacerlo pues eso solo era un capricho, nada más. La muchacha fue hacia el baño para cambiarse de ropa y luego se acostó. Realizó los ejercicios que el rey le dejó para hacer y se acostó, pero no tenía sueño, la actitud del príncipe Endor seguía retumbando en su mente.
  • Nany – Escuchó la voz de un niño lejana. La muchacha se sentó. Sabía perfectamente de quien era esa voz. Durante unos minutos no se escuchó nada más
  • Fue sólo mi imaginación. – dijo la muchacha y volvió a acostarse.
  • Nany – la muchacha volvió a sentarse. Estaba segura de que era su voz. Ninavy se levantó y fue hacia el balcón. No había nadie. ¿qué estaba sucediendo? Se estaba volviendo loca. El deseo de ver a su hermano la estaba haciendo oír voces. Volvió a acostarse y esta vez no volvió a escuchar nada más.
Ninavy sintió que el cuerpo adolorido pero no quería moverse, aún tenía sueño. De pronto el sol le dio de lleno en la cara y la muchacha se sentó de improviso y se estrujó los ojos. Cuando los abrió se dio cuenta, una vez acostumbrarse a la luz, que no se encontraba en su habitación, en Seemm. Estaba en el suelo, en la calle, sola y no había nadie alrededor. Seguro que era otra broma del príncipe Endor. Tal vez se molestó por negarse a su petición que quiso vengarse. La muchacha se levantó y se sorprendió al verse el aspecto. Era una niña otra vez.
Esto no podía ser una broma. El príncipe Endor es un humano normal, no podría haber inventado esto. Ninavy volvió a observarse y se dio cuenta de que llevaba la misma ropa que usó cuando fue a Falt con su hermano. Miró a su alrededor y se sorprendió aún más al verse frente a su casa en Doomm. Ninavy no sabía que hacer o que decir, sus ojos se enrojecieron ante la imagen de su hogar destruido, en ruinas y lleno de enredaderas que salían de suelo. ¿Por qué su casa estaba en ese estado? No la dejó así cuando se fue. ¿Qué estaba sucediendo?
  • Así se encuentra ahora. – Ninavy no se movió de donde estaba. – Es el estado en el que se encuentra nuestra casa ahora. Te traje aquí para mostrarte como se encuentra y para poder volver a verte de nuevo. Y quién sabe si por última vez. – Ninavy se volvió y ante ella, con el mismo aspecto que un niño, tal cual lo dejara cuando desapareció, aunque su mirada era la de un adulto.
  • Baliand.
Los ojos de Ninavy se sonrojaron y las lágrimas comenzaron a brotar. Ella dio un paso hacia su hermano.
  • Lo siento. – Dijo el niño mientras retrocedía un paso. – esto es triste para ambos, pero no podemos tener contacto físico o esta conexión se romperá. – El niño le sonrió. – Han pasado muchos años hermanita. Años de búsqueda sin respuesta.
  • ¿Cómo me encontraste?
  • No lo he hecho. No sé dónde estás.
  • Pero….
  • Este es un poder que tengo como miembro de la CADE. Esto solo puede usarse una sola vez con una sola persona. Solo conecta mentes, sensaciones, e imágenes conocidas. No nos vemos como adultos porque nunca nos hemos visto como adultos.
  • ¿Por qué te comunicaste ahora? ¿Por qué no antes?
  • Pues, antes era un poco más paciente, un poco menos impulsivo y consideré usar esta oportunidad cuando lo creyera conveniente.
  • Bailand, eras un niño.
  • No era un niño normal, y lo sabes. – Ella lo miró y asintió. – hoy tuve un altercado con el alma de un protector y estoy inconsciente. Quise aprovechar esta oportunidad porque te conozco.
  • No comprendo. – Baliand le sonrió.
  • Entremos en casa. Allí te explico todo. – El niño pasó por su lado sin tocarla y ella lo siguió
La entrada estaba completamente destruida, los escalones tenían grietas y la puerta estaba rota por la mitad, a un lado en el suelo. Cuando entraron, Ninavy se entristeció al ver la puerta corrediza que daba al jardín, estaba destruida. La computadora de su madre tenía un hoyo muy grande en la pantalla. Los muebles estaban destruidos y apiñados en un rincón, había muchas fotos en el suelo y otras cosas rotas. Ninavy pudo vislumbrar uno de los cd’s de su colección.
  • Yo lo tengo. Fue el único que pude salvar cuando volví. Esto ocurrió varios días después de que te fuiste. Vine aquí con papá en busca del tío Sebastián. Aquí nos despedimos de él y de Clara.
  • ¿Dónde está?
  • No lo sé. Papá quería buscarlo, pero Bryan le dijo que estaba seguro.
  • ¿Hablas con Bryan?
  • ¿Lo conoces?
  • Sí, claro. Hablé con él hace días. Me dijo que ustedes estaban bien y estaban buscándome. Hablamos del tío Sebastián, Danna y de Ihlyan. – Baliand la miró con curiosidad. – Nuestro primo.
  • ¿El hijo de mi tío? – Ninavy asintió. - ¿Dónde está?
  • Bueno, no lo sé. Yo sentí cuando nació, e intenté comunicarme con Danna, pero era muy difícil. Al parecer eso ayudó a que Bryan la localizara y salvara al niño.
  • ¿Bryan tiene al niño?
  • Él dijo que era uno de los cuatro maestros superiores.
  • Maestros superiores. – Susurró Baliand. - ¿Quiénes son? – Ninavy se encogió de hombros. – lo buscaré. – Baliand comenzó a caminar de nuevo y subió las escaleras seguido por su hermana. Varias paredes estaban dañadas. A medida que subían, Baliand le explicaba a su hermana lo ocurrido ese día. El enfrentamiento de su padre con Eluard en un intento de salvar a Sebastián y a Bryan. Incluso le habló del día en que se fueron del planeta.
  • La niña se detuvo y él la miró. – Yo no volveré a ver a mi padre, ¿Verdad? – El niño la miró con tristeza y negó con la cabeza. – ese sueño, que tuviste, cuando eras niño. Ese donde decías que papá había muerto…
  • Sucederá antes de que tú regreses. – los ojos de Ninavy volvieron a enrojecer. Baliand podía decir nada más.
  • Dile que lo quiero mucho. Que lo extraño mucho. – El niño asintió y reanudó la marcha y su hermana lo siguió. Baliand abrió la puerta de la habitación de Ninavy y cuando ella entró se sorprendió al ver su habitación destruida y a la vez repleta de paquetes envueltos. - ¿Qué es esto?
  • Un año después de que mamá muriera y tú te fueras, yo… digamos que creé una costumbre en un intento de no olvidarte. – la niña lo miró. – Y para darme la fortaleza necesaria para encontrarte. Desde ese año, hasta ahora, - Baliand señaló un paquete pequeño. – He estado comprando obsequios para ti. Cada uno es por tu cumpleaños. Vienen de los diversos planetas que he visitado. Un año después, papá decidió hacer lo mismo. – Señaló un paquete más grande junto al primero. – Pero antes le pareció algo inútil. – Baliand la miró. – Te traje aquí. Quise verte ahora, porque eres igual que papá. Porque estoy seguro de que estas aislándote de los demás y estás sufriendo sin necesidad.
  • ¿Sin necesidad?
  • Me refiero a que… no estás viviendo hermanita. – Su hermana lo vio sorprendida y algo dolida. – dime una cosa, desde cuando no bailas. – Ninavy abrió los ojos sorprendida. - ¿Recuerdas que papá decía que le gustaba verte bailar? – Ella asintió. - ¿Desde cuándo no lo haces? – La niña no sabía que decir. – Antes de irnos de Doomm, mi padre era una persona solitaria, triste, siempre estaba solo, amargado y solo pensaba en encontrar y matar a Eluard. No le importaba nada de lo que sucedía a su alrededor, o de las personas que se le acercaban y le hablaban. Solo había tristeza y amargura en su corazón. Y sabes algo, lo entiendo. – Baliand sonrió con tristeza. – No suelo hablar mucho pero, yo también me pongo triste a veces. – volvió a mirar a su hermana. – pero sabes algo, tengo una vida, y debo disfrutarla, porque no sé cuándo deje de existir.
  • Baliand….
  • Hermana, no quiero verte así, no quiero saber que perdiste oportunidades valiosas para crecer, para ser mejor persona de la que ya eres porque sólo piensas en matar a Eluard y en vengar la muerte mamá.
  • ¿Por qué no?
  • No dije que no lo hicieras. Yo lo hago diariamente. Pero no puedo quedarme atascado ahí. Eso no hará que ella regrese. Te harás daño, y todo lo que te propongas, no saldrá como quieres, porque lo harás movida por la rabia, y no por el amor de hacerlo. – Ninavy no daba crédito a lo que decía su hermano. Hubo un momento en el que quiso protestar, pero poco a poco se dio cuenta de que Baliand tenía razón. – He visto tu futuro hermanita, y si no cambias de parecer, si no enfrentas las cosas y sólo huyes y te ocultas detrás de esa razón, no serás la persona excepcional que llegarás a ser y no honrarás la memoria de mamá. Papá lo entendió y por eso esta habitación está repleta de obsequios que esperan a que tú los abras y solo porque yo guardo la esperanza de que así será. Siempre, desde que era niño. – Baliand le sonrió. – cuando te vea, quiero verte hermosa, radiante, feliz, aunque se que lloraremos por mamá, por papá y por todos los que hemos perdido, pero para que puedas sobrevivir, y más tú porque estás sola, necesitas vivir, sonreír, volver a soñar. Vive hermanita. – Ninavy comenzó a llorar con desconsuelo. Era la primera vez en muchos años que lloraba de esa manera. Baliand la entendía, su hermano no se movió aunque quisiera abrazarla no pudo porque podría desaparecer y no volverían a hablar. – Baila, porque sé que quieres hacerlo. Mira a tu alrededor, conoce personas, sonríe de donde estás, vive hermanita. - La niña le sonrió sin dejar de llorar. Era lo mismo que el príncipe Endor le pedía a gritos, pero ella no lo entendía. Era lo mismo que Mellor le dijo en una ocasión, pero no le llamó la atención. – Te prometo que cuando vuelvas, reiremos más. Que le tomaré muchas fotos a papá para que lo veas ahora. Le hablaré de esta conversación. – La niña se secó las lágrimas. – Espero que volvamos a vernos.
  • ¿Ya te vas?
  • Esto genera un gasto descomunal de energía y si no lo dejo podría morir. – Ninavy asintió. – tranquila. – Baliand sonrió. – volveremos a vernos. Te lo prometo. – pero la niña comenzó a llorar de nuevo mientras Baliand comenzaba a verse traslucido. Ninavy no aguató y se abalanzó a los brazos de su hermano pero cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en su habitación en Seemm, con los brazos extendidos hacia el techo. La luz estaba apagada. Ninavy se sentó y siguió llorando con desconsuelo, abrazó una almohada y no dejó de llorar hasta que se quedó dormida.